Poetas atormentadas entre la vida y la muerte | Taller de Poesía

El curso consistirá en la lectura y análisis de poemas de estas autoras; estudiaremos el contexto histórico y literario en que nacieron y las peculiaridades simbólicas de sus obras. Leeremos algunos de los poemas más destacados de cada una, analizando verso a verso su lírica, sus imágenes y significados. Las cuatro autoras comparten temas recurrentes en su poesía como la vida, la muerte, el amor, la inmortalidad, y cruzan indistintamente las fronteras entre las luces y las sombras. En el taller conoceremos las partes más relevantes de la vida de cada poeta y cómo diversos hechos y acontecimientos influyeron en su escritura.

Materiales: Se facilitará a los alumnos un dosier con los poemas objeto del estudio.

1. Anne Sexton: Fue una bruja de las de escoba y recogedor y delantal y casita en las afueras; una bruja de las que no encajan, de las que retan los estándares de cómo debe ser una mujer. Fue una de esas: una bruja que, cuando dio a luz a una vida, empezó a pensar en la muerte. Una bruja de las que no se callan y molestan; una mujer atormentada por el dolor de una enfermedad mental. Cuando algunos pensaron que se había curado, ella aclaró: «Sólo me he hecho poeta».

2. Sylvia Plath Fue una prolífica y brillante poeta confesional que, sin embargo, vivió a la sombra de las figuras masculinas, primero de su padre y después de su esposo —también poeta, Ted Hughes—. «Papi, tenía que matarte pero / Moriste antes de que me diera tiempo». Sufrió depresiones y fue internada y tratada con electroshock en varias ocasiones. Una mañana de 1963 se despertó, dejó el desayuno cuidadosamente preparado para sus hijos pequeños en la mesa de la cocina y, mientras éstos aún dormían, metió la cabeza en el horno y se quitó la vida.

3. Emily Dickinson Excéntrica y solitaria, escribe de la vida y el amor, la inmortalidad y la muerte. Sus versos sin rima y ni métrica no obtuvieron el reconocimiento de la crítica en su época y muy pocos poemas llegaron a publicarse en vida de la autora. Tras su muerte se hallaron en su dormitorio hasta 1800 poemas escritos en papeles sueltos y reversos de recibos que ella misma cosió a mano. Su poesía apasionada la coloca hoy en estanterías junto a Poe y Whitman y otros poetas estadounidenses fundamentales: «El amor es vida, y la vida tiene inmortalidad».

4. Louise Glück Premio Pulitzer y Premio Nobel de Literatura. Escribe al límite de la expresión, entre luces y sombras. «El cuerpo de una mujer es una tumba». Escribe de la metafísica de la muerte como una amante despechada, es descarnada y mitológica, íntima y mordaz. La autora vive y sigue escribiendo.